Baja autoestima y ansiedad

Prueba de baja autoestima

Los jóvenes que acuden a los servicios de atención a la infancia y la adolescencia suelen manifestar problemas de “baja autoestima”. La autoestima puede considerarse como la opinión o evaluación general que tenemos de nosotros mismos, incluidos los juicios que hacemos sobre nosotros mismos y el valor que nos otorgamos. Para evaluar la autoestima pueden utilizarse cuestionarios como la Escala de Autoestima de Rosenberg.    Existe una relación compleja entre la autoestima y los problemas de salud mental. Es posible que la baja autoestima sea un factor de vulnerabilidad que predisponga a una persona a desarrollar un problema de salud mental. También es posible que la baja autoestima sea el resultado de las dificultades de salud mental y sus secuelas (por ejemplo, el pensamiento negativo sobre el yo en la depresión). Esta complejidad se complica aún más por el solapamiento conceptual entre los principales constructos de la baja autoestima y la depresión, y sus medidas asociadas.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) para la baja autoestima se ha mostrado prometedora como intervención ampliamente aplicable en adultos, abordando las dificultades con la ansiedad y el bajo estado de ánimo al mismo tiempo. Se basa en el modelo de TCC para la baja autoestima, desarrollado por Melanie Fennell y sus colegas. El tratamiento se basa en una formulación individualizada y consiste en identificar y cuestionar las creencias negativas sobre uno mismo, denominadas “línea de fondo” (por ejemplo, “no valgo nada/no soy digno de ser amado”), y también en notar y registrar las pruebas positivas sobre uno mismo y sus cualidades y puntos fuertes. Hasta ahora, este enfoque no se ha probado en los jóvenes. Para poder probarlo, es necesario aclarar hasta qué punto la baja autoestima está asociada a los trastornos de ansiedad y depresión “clínicamente significativos” en los jóvenes (es decir, ansiedad o depresión que cumplen todos los criterios de diagnóstico). Además, también es importante saber hasta qué punto la baja autoestima en los jóvenes supone una vulnerabilidad para posteriores dificultades de salud mental, lo que reforzaría el argumento para tratarla como medida preventiva.

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Problemas de baja autoestima

Todos nos criticamos de vez en cuando, pero si a menudo piensas mal de ti mismo o te juzgas negativamente, es posible que tengas baja autoestima. Puede que no sepas la causa de tu baja autoestima, pero hay medidas que puedes tomar para mejorarla.

La autoestima es diferente a la confianza en uno mismo. La confianza se refiere a la capacidad de una persona en un área concreta de su vida. Una persona puede estar muy segura de sus capacidades particulares, pero seguir teniendo una baja autoestima. Alcanzar la confianza en un área concreta de la vida no mejorará necesariamente la autoestima.

La baja autoestima puede tener su origen en experiencias de la primera infancia. Si no encajabas en la escuela, tenías dificultades para cumplir las expectativas de tus padres o te descuidaban o abusaban de ti, esto puede llevar a una persona a tener creencias básicas negativas sobre sí misma. Son creencias arraigadas que una persona tiene sobre sí misma.

Los adolescentes, especialmente las chicas jóvenes, pueden ser objeto de mensajes e ideales poco útiles en las redes sociales y en los medios de comunicación en general, que les hacen creer que su valor se basa en su aspecto o comportamiento. Esto puede conducir a una baja autoestima y a pensamientos negativos sobre su valor personal. Los malos resultados en la escuela o el acoso escolar también pueden provocar una baja autoestima.

Depresión baja autoestima

Los jóvenes que acuden a los Servicios de Atención al Niño y al Adolescente (CAMHS) a menudo informan de problemas de “baja autoestima”. La autoestima puede considerarse como la opinión o evaluación general que tenemos de nosotros mismos, incluidos los juicios que hacemos sobre nosotros mismos y el valor que nos otorgamos. Para evaluar la autoestima se pueden utilizar cuestionarios como la escala de autoestima de Rosenberg.    Existe una relación compleja entre la autoestima y los problemas de salud mental. Es posible que la baja autoestima sea un factor de vulnerabilidad que predisponga a una persona a desarrollar un problema de salud mental. También es posible que la baja autoestima sea el resultado de las dificultades de salud mental y sus secuelas (por ejemplo, el pensamiento negativo sobre el yo en la depresión). Esta complejidad se complica aún más por el solapamiento conceptual entre los principales constructos de la baja autoestima y la depresión, y sus medidas asociadas.

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La terapia cognitivo-conductual (TCC) para la baja autoestima se ha mostrado prometedora como intervención ampliamente aplicable en adultos, abordando las dificultades con la ansiedad y el bajo estado de ánimo al mismo tiempo. Se basa en el modelo de TCC para la baja autoestima, desarrollado por Melanie Fennell y sus colegas. El tratamiento se basa en una formulación individualizada y consiste en identificar y cuestionar las creencias negativas sobre uno mismo, denominadas “línea de fondo” (por ejemplo, “no valgo nada/no soy digno de ser amado”), y también en notar y registrar las pruebas positivas sobre uno mismo y sus cualidades y puntos fuertes. Hasta ahora, este enfoque no se ha probado en los jóvenes. Para poder probarlo, es necesario aclarar hasta qué punto la baja autoestima está asociada a los trastornos de ansiedad y depresión “clínicamente significativos” en los jóvenes (es decir, ansiedad o depresión que cumplen todos los criterios de diagnóstico). Además, también es importante saber hasta qué punto la baja autoestima en los jóvenes supone una vulnerabilidad para posteriores dificultades de salud mental, lo que reforzaría el argumento para tratarla como medida preventiva.

¿Tengo baja autoestima?

Es increíblemente difícil sentirme positiva y bien conmigo misma cuando paso la mayor parte del tiempo preocupada por no ser lo suficientemente buena, por hacerlo todo mal, por no conseguir nunca las cosas que quiero.

Aunque la baja autoestima no está catalogada técnicamente como una enfermedad mental, lo cierto es que puede aparecer a la sombra de una. Además, se sabe que padecer una baja autoestima puede desencadenar trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.

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Hablé con dos personas sobre la relación entre la baja autoestima y la ansiedad, la terapeuta y coach de desarrollo personal Sally Brown, y Jade*, de 26 años, que sufre de baja autoestima y también ha sido diagnosticada de ansiedad.

La baja autoestima puede ser especialmente tóxica en las relaciones. Cuando te sientes mal contigo mismo, ves críticas donde no las había, o piensas involuntariamente lo peor de la gente, que tu pareja te será infiel, o que tus amigos no quieren estar contigo, o que la gente nueva que conozcas te encontrará aburrida o simplemente no te gustará’.