Como afrontar el miedo

Cómo dejar de vivir con miedo

Es normal que los niños sientan miedo a veces. El miedo es una emoción que puede ayudar a los niños a ser precavidos. Las cosas nuevas, grandes, ruidosas o diferentes pueden dar miedo al principio. Los padres pueden ayudar a los niños a sentirse seguros y a aprender a sentirse tranquilos.

Los bebés sienten ansiedad ante los extraños. Cuando los bebés tienen entre 8 y 9 meses, pueden reconocer las caras de las personas que conocen. Por eso, las caras nuevas pueden parecerles aterradoras, incluso una nueva niñera o un nuevo familiar. Pueden llorar o aferrarse a sus padres para sentirse seguros.

Los niños pequeños sienten ansiedad por la separación. En algún momento entre los 10 meses y los 2 años, muchos niños pequeños empiezan a temer separarse de sus padres. No quieren que sus padres les dejen en la guardería o a la hora de dormir. Es posible que lloren, se aferren y traten de permanecer cerca de sus padres.

Los niños pequeños temen las cosas “de mentira”. Los niños de 4 a 6 años pueden imaginar y fingir. Pero no siempre pueden distinguir lo que es real y lo que no lo es. Para ellos, los monstruos que imaginan parecen reales. Temen lo que pueda haber debajo de su cama o en el armario. Muchos tienen miedo a la oscuridad y a la hora de dormir. Algunos tienen miedo de los sueños aterradores. Los niños pequeños también pueden tener miedo a los ruidos fuertes, como los truenos o los fuegos artificiales.

Lee más  Como superar un ataque de ansiedad

Miedo y ansiedad – deutsch

Es posible que experimentes miedo al futuro a corto plazo (la próxima semana, el próximo trimestre), así como al futuro lejano (el final del año, el próximo año y más allá). Como resultado, puedes estar experimentando una serie de emociones diferentes, como estrés, miedo, incertidumbre, depresión, frustración, ira y decepción.

Aunque estas emociones son comprensibles, también distraen mucho y pueden tener un impacto negativo en nuestra salud y estado de ánimo. La preocupación por el futuro nos impide disfrutar y aprovechar el presente. Por suerte, existen algunas estrategias para gestionar nuestras preocupaciones por el futuro de modo que podamos volver a centrarnos en el presente y disfrutarlo al máximo.

Para los que nos enfrentamos a la situación teniendo un plan, puede ser útil sentarse y escribir dos planes: El Plan A (lo que querrías hacer si las cosas fueran “normales”) y el Plan B (tu mejor opción de qué hacer si las cosas no son “normales”). Considera que tu plan B es una forma productiva o divertida de pasar el siguiente periodo de tiempo si no puedes adoptar el plan A por la razón que sea.

Cómo superar el miedo al fracaso

En esta sección abordamos las cosas que puedes hacer por tu cuenta para trabajar con el miedo y la ansiedad. No cubrimos las numerosas y valiosas técnicas y terapias disponibles cuando se trabaja con psicólogos profesionales u otros proveedores. Éstas son esenciales para quienes han experimentado un trauma o sufren de miedo o ansiedad intensos.

La única manera de afrontar el miedo es enfrentarse a él. Evitar nuestros miedos sólo nos impide avanzar: nos hace sentirnos ansiosos. Pero sé amable contigo mismo y haz sólo lo que te parezca seguro.    Si notas que te entra más pánico, tómate un descanso y busca algo agradable o reconfortante en lo que fijarte o hacer. Si después te sientes seguro, puedes intentar explorar tu miedo de nuevo, tomando descansos según sea necesario. Si te resulta difícil abordar los miedos crónicos o la ansiedad por tu cuenta, ten en cuenta que los terapeutas pueden ser de gran ayuda para trabajar las estrategias de evitación. Si has sufrido un trauma, es especialmente importante trabajar con un terapeuta para crear un entorno seguro en el que puedas enfrentarte a tu miedo y reconstruir tus recuerdos.

Lee más  Como vencer la fobia social

Citas sobre el miedo

Dice el refrán que “lo único que hay que temer es el propio miedo”, pero hay muchas cosas que dan miedo. Saber cómo superar el miedo y la ansiedad es crucial. Gestionar bien nuestro miedo y nuestra ansiedad -y conocer la diferencia entre ambos- es importante para nuestra salud mental y nuestro éxito profesional.

Cuando vivíamos en cuevas, necesitábamos evaluar constantemente si estábamos a salvo. Una sensibilidad muy afinada a las amenazas potenciales era necesaria para sobrevivir. No experimentamos los mismos tipos de estrés que hace miles de años, pero la respuesta es prácticamente la misma.

Nuestros cuerpos -y cerebros- reaccionan a ambos tipos de amenazas de la misma manera. En otras palabras, da igual que la amenaza sea física, emocional o social. Las campanas de alarma del sistema nervioso autónomo no distinguen entre hablar en público y un tigre de dientes de sable. De hecho, muchos de nosotros preferiríamos esto último.

Aunque sea desagradable, el miedo es una respuesta saludable. Nuestra respuesta de lucha o huida nos mantiene vivos, seguros y prósperos. Sin embargo, cuando el miedo constante te impide vivir la vida al máximo, se convierte en ansiedad.