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Cómo controlar la ira – Sadhguru
Hay tres tipos de ira que ayudan a dar forma a cómo reaccionamos en una situación que nos hace enfadar. Estos son: La agresión pasiva, la agresión abierta y la ira asertiva. Si estás enfadado, el mejor enfoque es la Ira Asertiva. Son palabras mayores, pero comprueba qué significa realmente cada tipo.
A muchos no les gusta admitir que están enfadados, porque no les gusta la confrontación – esto se llama agresión pasiva. Esto se traduce en cosas como guardar silencio cuando se está enfadado, enfadarse, dejar las cosas para más tarde (posponer lo que hay que hacer) y fingir que “todo va bien”. La agresividad pasiva surge de la necesidad de tener el control. ¿Quieres que te ayude a lidiar con ella? Lee sobre la “ira asertiva”.
Por otro lado, muchas personas tienen tendencia a arremeter con ira y rabia, volviéndose física o verbalmente agresivas y a menudo pueden herirse a sí mismas o a otros. A esto se le llama Agresión Abierta. Se manifiesta en peleas, intimidaciones, chantajes, acusaciones, gritos, discusiones, sarcasmos y críticas. La agresividad abierta surge de la necesidad de tener el control. ¿Quieres que te ayude a lidiar con la agresividad abierta? Lee sobre la “ira asertiva”. A veces, la ira puede desquitarse con la propiedad o incluso con nosotros mismos: véase la sección sobre autolesiones.
Cómo controlar la ira – La impactante verdad detrás de su
Control de la ira: 10 consejos para dominar tu temperamentoMantener tu temperamento bajo control puede ser un desafío. Utiliza sencillos consejos para controlar la ira -desde tomarte un tiempo hasta usar frases con “yo”- para mantener el control.Por el personal de Mayo Clinic
¿Se enfada cuando alguien le corta el paso en el tráfico? ¿Se le dispara la presión arterial cuando su hijo se niega a cooperar? La ira es una emoción normal e incluso saludable, pero es importante manejarla de manera positiva. La ira incontrolada puede pasar factura tanto a su salud como a sus relaciones.
En el calor del momento, es fácil decir algo de lo que luego te arrepentirás. Tómate unos momentos para ordenar tus pensamientos antes de decir nada, y permite que los demás implicados en la situación hagan lo mismo.
En cuanto pienses con claridad, expresa tu frustración de forma asertiva pero sin confrontación. Expresa tus preocupaciones y necesidades de forma clara y directa, sin herir a los demás ni tratar de controlarlos.
La actividad física puede ayudar a reducir el estrés que puede hacer que te enfades. Si sientes que tu ira aumenta, sal a dar un paseo rápido o a correr, o pasa algún tiempo haciendo otras actividades físicas agradables.
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No controlar la ira puede provocar diversos problemas, como decir cosas de las que te arrepientes, gritar a tus hijos, amenazar a tus compañeros de trabajo, enviar correos electrónicos imprudentes, desarrollar problemas de salud o incluso recurrir a la violencia física. Pero no todos los problemas de ira son tan graves. Por el contrario, tu ira puede consistir en perder el tiempo pensando en acontecimientos desagradables, frustrarse en el tráfico o desahogarse en el trabajo.
Controlar la ira no significa no enfadarse nunca. Por el contrario, implica aprender a reconocer, afrontar y expresar tu ira de forma saludable y productiva. El control de la ira es una habilidad que todo el mundo puede aprender. Incluso si crees que tienes tu ira bajo control, siempre se puede mejorar.
Dado que la ira incontrolada puede conducir a menudo a un comportamiento agresivo, el control de la ira utiliza varias técnicas para ayudar a una persona a hacer frente a los pensamientos, sentimientos y comportamientos de una manera sana y más productiva.
La ira es una emoción que puede ir desde la irritación leve hasta la rabia intensa. Aunque muchas personas clasifican la ira como una “emoción negativa” exclusivamente, puede ser positiva. Los sentimientos de ira pueden impulsarte a defender a alguien o pueden llevarte a crear un cambio social.
Técnicas de control de la ira (vídeo animado) | Buenos hábitos
Una de las mejores tácticas es hacer una pausa antes de reaccionar. Si tu corazón late con fuerza y tienes ganas de gritar a tu amigo, a un familiar o al tipo que acaba de ponerse delante de ti en el tráfico, detente. Respira. Cuenta hasta 10. Haz lo que sea necesario para evitar arremeter y decir o hacer algo de lo que te arrepientas.
Expresa tu frustración de forma asertiva pero sin confrontación. Puede que tu cónyuge no te haya ayudado a limpiar la cocina después de hacer la cena. O tu hijo te pidió prestado el coche y lo devolvió con el depósito de gasolina casi vacío, otra vez. Exponga sus preocupaciones de forma clara y directa, utilizando un enunciado “yo”. Por ejemplo, diga: “Me molesta que me hayas dejado sin suficiente gasolina para llegar al trabajo” o “Me molesta que trabaje para preparar una comida y no me ayudes a limpiar después”.
Aligerar las cosas puede ayudar a rebajar la tensión. Utiliza el humor para enfrentarte a lo que te hace enfadar y, posiblemente, a cualquier expectativa poco realista que tengas sobre cómo deberían ir las cosas. Sin embargo, evita el sarcasmo, ya que puede herir los sentimientos y empeorar las cosas.