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Cómo lidiar con la ira de manera saludable
Este artículo fue escrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es una consejera profesional con licencia en Wisconsin especializada en adicciones y salud mental. Ella proporciona terapia a las personas que luchan con las adicciones, la salud mental y el trauma en los entornos de salud de la comunidad y la práctica privada. Recibió su Maestría en Consejería de Salud Mental Clínica de la Universidad de Marquette en 2011.
La ira es una emoción humana natural, y no siempre es negativa. Puede ayudarte a saber cuándo te han hecho daño o cuándo una situación debe cambiar. Es importante aprender a procesar y reaccionar ante la ira.
Los sentimientos frecuentes de ira se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, presión arterial alta, depresión y dificultad para dormir. Esto es especialmente posible si experimentas una ira muy explosiva o tu ira está muy reprimida[1].
Este artículo ha sido redactado por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es una consejera profesional con licencia en Wisconsin especializada en adicciones y salud mental. Ofrece terapia a personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y el trauma en entornos de salud comunitarios y en la práctica privada. Recibió su Maestría en Consejería de Salud Mental Clínica de la Universidad de Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 1.435.232 veces.
Diferentes tipos de ira
No controlar la ira puede provocar diversos problemas, como decir cosas de las que te arrepientes, gritar a tus hijos, amenazar a tus compañeros de trabajo, enviar correos electrónicos imprudentes, desarrollar problemas de salud o incluso recurrir a la violencia física. Pero no todos los problemas de ira son tan graves. Por el contrario, tu ira puede consistir en perder el tiempo pensando en acontecimientos desagradables, frustrarse en el tráfico o desahogarse en el trabajo.
Controlar la ira no significa no enfadarse nunca. Por el contrario, implica aprender a reconocer, afrontar y expresar tu ira de forma saludable y productiva. El control de la ira es una habilidad que todo el mundo puede aprender. Incluso si crees que tienes tu ira bajo control, siempre se puede mejorar.
Dado que la ira incontrolada puede conducir a menudo a un comportamiento agresivo, el control de la ira utiliza varias técnicas para ayudar a una persona a hacer frente a los pensamientos, sentimientos y comportamientos de una manera sana y más productiva.
La ira es una emoción que puede ir desde la irritación leve hasta la rabia intensa. Aunque muchas personas clasifican la ira como una “emoción negativa” exclusivamente, puede ser positiva. Los sentimientos de ira pueden impulsarte a defender a alguien o pueden llevarte a crear un cambio social.
Película sobre el control de la ira
Tu corazón late más rápido y respiras con mayor rapidez, preparándote para la acción. También puedes notar otros signos, como tensión en los hombros o apretar los puños. “Si notas estos signos, sal de la situación si tienes antecedentes de perder el control”, dice Isabel.
Exhala durante más tiempo del que inspiras y relájate al espirar. “Automáticamente inspiras más que espiras cuando te sientes enfadado, y el truco está en espirar más que inspirar”, dice Isabel. “Esto te calmará eficazmente y te ayudará a pensar con más claridad”.
Reduce tus niveles generales de estrés con ejercicio y relajación. Correr, caminar, nadar, hacer yoga y meditar son algunas de las actividades que pueden reducir el estrés. “Hacer ejercicio como parte de tu vida diaria es una buena manera de deshacerte de la irritación y la ira”, dice Isabel.
Dedica tiempo a relajarte con regularidad y asegúrate de dormir lo suficiente. Las drogas y el alcohol pueden empeorar los problemas de ira. “Reducen las inhibiciones y, en realidad, necesitamos inhibiciones para dejar de actuar de forma inaceptable cuando estamos enfadados”, dice Isabel.
Manejo de la ira imdb
Existen tres tipos de ira que ayudan a determinar cómo reaccionamos ante una situación que nos hace enfadar. Estos son: La agresión pasiva, la agresión abierta y la ira asertiva. Si estás enfadado, el mejor enfoque es la Ira Asertiva. Son palabras mayores, pero comprueba qué significa realmente cada tipo.
A muchos no les gusta admitir que están enfadados, porque no les gusta la confrontación – esto se llama agresión pasiva. Esto se traduce en cosas como guardar silencio cuando se está enfadado, enfadarse, dejar las cosas para más tarde (posponer lo que hay que hacer) y fingir que “todo va bien”. La agresividad pasiva surge de la necesidad de tener el control. ¿Quieres que te ayude a lidiar con ella? Lee sobre la “ira asertiva”.
Por otro lado, muchas personas tienen tendencia a arremeter con ira y rabia, volviéndose física o verbalmente agresivas y a menudo pueden herirse a sí mismas o a otros. A esto se le llama Agresión Abierta. Se manifiesta en peleas, intimidaciones, chantajes, acusaciones, gritos, discusiones, sarcasmos y críticas. La agresividad abierta surge de la necesidad de tener el control. ¿Quieres que te ayude a lidiar con la agresividad abierta? Lee sobre la “ira asertiva”. A veces, la ira puede desquitarse con la propiedad o incluso con nosotros mismos: véase la sección sobre autolesiones.