Diferencia entre delirio y alucinacion

Ejemplos de delirios

Por suerte, pudo recibir medicación anticoagulante y el ictus desapareció en menos de una hora, pero entonces ocurrió algo extraño: se quedó confusa, desorientada e insistió en levantarse de la cama. Parecía no entender ni recordar que los médicos le habían dicho que eso era peligroso.

Acusó a los médicos, a las enfermeras e incluso a su familia de torturarla y les golpeó, gritando y llorando. Necesitó potentes sedantes para mantenerse en la cama mientras los anticoagulantes hacían su trabajo.

Este comportamiento es característico del delirio. Un reciente estudio australiano reveló que una de cada diez personas mayores de 70 años había sufrido delirios antes de llegar al hospital. Otro de cada diez desarrolló delirio durante su estancia en el hospital, lo que significa que uno de cada cinco ancianos hospitalizados sufría delirio.

El delirio es una afección neurológica (del sistema nervioso) en la que una persona se confunde repentinamente. Puede tener alucinaciones, como hormigas que se arrastran por las paredes, o delirar creyendo que los demás le persiguen sin motivo.

Delirios ejemplos de esquizofrenia

El delirio (también conocido como estado confusional agudo) es un declive causado orgánicamente a partir de un funcionamiento mental de base previo, que se desarrolla en un periodo corto de tiempo, normalmente de horas a días[1][2] El delirio es un síndrome que abarca alteraciones de la atención, la conciencia y la cognición. También puede implicar otros déficits neurológicos, como alteraciones psicomotoras (por ejemplo, hiperactivas, hipoactivas o mixtas), alteraciones del ciclo sueño-vigilia, alteraciones emocionales y alteraciones perceptivas (por ejemplo, alucinaciones y delirios), aunque estas características no son necesarias para el diagnóstico.

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El delirio puede ser difícil de diagnosticar si no se establece adecuadamente la función mental habitual de la persona. Sin una evaluación y una anamnesis cuidadosas, el delirio puede confundirse fácilmente con una serie de trastornos psiquiátricos o síndromes cerebrales orgánicos crónicos, debido a la superposición de muchos signos y síntomas comunes con la demencia, la depresión, la psicosis, etc.[3] El delirio puede manifestarse a partir de una base de enfermedad mental existente, discapacidad intelectual de base o demencia, sin que se deba a ninguno de estos problemas.

Alucinaciones bipolares

Las alucinaciones y los delirios se parecen en que ambos son falsos pero parecen muy reales para la persona que los experimenta. Ambas son causadas por ciertas enfermedades mentales, pero también pueden ser provocadas por condiciones médicas, lesiones o por ninguna causa conocida. Una alucinación implica a los sentidos y parece real, pero no lo es. El delirio es una creencia falsa que persiste a pesar de las pruebas. Ninguna de las dos es siempre motivo de preocupación, pero cuando se experimentan deben dar lugar a evaluaciones médicas y de salud mental.

Los delirios y las alucinaciones son similares, pero también tienen algunas diferencias significativas. Ambas suelen estar causadas por las mismas enfermedades mentales, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar; ambas implican distorsiones de la realidad; y ambas pueden producirse incluso en ausencia de enfermedad mental.

Tanto las alucinaciones como los delirios son síntomas característicos de la psicosis y de las enfermedades mentales que pueden desencadenar episodios psicóticos, como la esquizofrenia. Sin embargo, también existen otras causas y desencadenantes, como las afecciones médicas físicas. Aunque un episodio de delirio o una sola alucinación pueden no indicar ninguna afección subyacente grave, cualquiera de ellos debe ser revisado y evaluado por un médico o un profesional de la salud mental.

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Delirio de culpabilidad

Oímos mencionar las palabras alucinación y delirio en los debates sobre salud mental, en las listas de efectos secundarios de la medicación y en las conversaciones generales, a veces de forma intercambiable. En los tres contextos, implican la percepción de cosas no basadas en la realidad. Pero, ¿hay alguna diferencia clínica en el contexto médico?

Sus significados y diferencias son importantes, porque las alucinaciones y los delirios, como muchos otros aspectos de las enfermedades mentales, pueden conllevar un fuerte estigma. Ser respetuoso y utilizar los términos con precisión puede evitar perpetuar ese estigma.

En este artículo, abordaremos las diferencias técnicas entre las alucinaciones y los delirios desde una perspectiva psiquiátrica y discutiremos los usos más generales de los términos, incluyendo cuándo su uso casual puede ser inapropiado o irrespetuoso.

En el contexto de la psicología, una alucinación es una experiencia sensorial aparentemente real -como ver u oír cosas- que tiene lugar completamente en la mente, especialmente como resultado de un trastorno mental o del uso de ciertas sustancias. Un delirio es una creencia falsa y persistente que se resiste a toda razón, especialmente como síntoma de una enfermedad mental. Ambas palabras se utilizan a veces de forma más general para referirse a cualquier noción no basada en la realidad, lo que puede perpetuar el estigma de la enfermedad mental.