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El efecto Dunning-Kruger se ha convertido en una realidad
Quiero que el efecto Dunning-Kruger sea real. Descrito por primera vez en un artículo seminal de 1999 por David Dunning y Justin Kruger, este efecto ha sido el favorito de los periodistas que quieren explicar por qué los tontos no saben que son tontos. Incluso hay un vídeo de un fantástico pastiche de la famosa aria de Turandot, Nessun dorma, que explica el efecto Dunning-Kruger. “No saben”, dice la cantante de ópera en el clímax, “que no saben”.
Pero al comprobar la literatura académica, la duda empezó a aparecer. Mientras intentaba comprender las críticas que se habían vertido sobre el estudio original, me metí en una madriguera, hablé con algunas personas con mentalidad estadística, me escribí con el propio Dr. Dunning e intenté comprender si nuestro cerebro estaba realmente predispuesto a exagerar nuestra competencia en actividades en las que somos pésimos… o si el célebre efecto era sólo un espejismo provocado por la peculiar forma en que podemos jugar con los números.
El error más importante que comete la gente sobre el efecto Dunning-Kruger, según la Dra. Dunning, tiene que ver con quién es víctima de él. “El efecto tiene que ver con nosotros, no con ellos”, me escribió. “La lección del efecto siempre fue sobre cómo debemos ser humildes y cautelosos con nosotros mismos”. El efecto Dunning-Kruger no tiene que ver con la gente tonta. Se trata sobre todo de todos nosotros cuando se trata de cosas en las que no somos muy competentes.
Prueba del efecto Dunning-Kruger en línea
Las personas tienden a tener una opinión demasiado favorable de sus capacidades en muchos ámbitos sociales e intelectuales. Los autores sugieren que esta sobreestimación se produce, en parte, porque las personas que no son hábiles en estos ámbitos sufren una doble carga: No sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les priva de la capacidad metacognitiva para darse cuenta de ello. En cuatro estudios, los autores descubrieron que los participantes con puntuaciones en el cuartil inferior en las pruebas de humor, gramática y lógica sobrevaloraban enormemente su rendimiento y capacidad. Aunque sus puntuaciones en las pruebas les situaban en el percentil 12, ellos mismos estimaban que estaban en el 62. Varios análisis relacionaron este error de calibración con déficits en la habilidad metacognitiva, o la capacidad de distinguir la precisión del error. Paradójicamente, la mejora de las habilidades de los participantes, y por tanto el aumento de su competencia metacognitiva, les ayudó a reconocer las limitaciones de sus capacidades.
Dunning-kruger-effekt pdf
La microgestión es un fenómeno contraproducente. Y, por desgracia, muy común. Todos lo sabemos, pero quizá algunas cifras puedan ayudar. Un estudio realizado por FranklinCovey[i] sobre 11.000 empleados en Estados Unidos menciona la microgestión como uno de los principales obstáculos a la productividad. Según otro estudio[ii], el 79% de los empleados dicen haber encontrado microgestión en algún momento de sus carreras. Estos estudios son de Estados Unidos, pero creo que las cifras son similares aquí.
Este fenómeno, por el que un directivo controla estrechamente la actividad de sus subordinados, es extremadamente perjudicial porque socava la productividad, destruye la confianza de los empleados y borra la autonomía del delicado cóctel que genera la motivación. Los equipos que experimentan la microgestión tienen una alta rotación de personal, bajos niveles de satisfacción laboral y muestran resistencia a la innovación.
El principal problema para prevenir o combatir el micromanagement es que, a menudo, el directivo en cuestión ni siquiera se da cuenta de que está haciendo algo mal. El estudio citado anteriormente[iii] muestra que el 91% de los directivos no son conscientes de que los miembros de su equipo han dimitido debido al estilo de liderazgo basado en la microgestión. T
Efecto Dunning-Kruger español
El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo en el que las personas no cualificadas toman malas decisiones y llegan a conclusiones erróneas, pero su incompetencia les niega la capacidad metacognitiva de reconocer sus errores[1].
Por lo tanto, las personas no cualificadas sufren una superioridad ilusoria, ya que califican su capacidad como superior a la media, mucho más de lo que realmente es, mientras que las personas altamente cualificadas infravaloran sus propias capacidades, sufriendo una inferioridad ilusoria.
La competencia real puede debilitar la confianza en sí mismo, ya que los individuos competentes pueden suponer falsamente que los demás tienen una comprensión equivalente. Como concluyen Kruger y Dunning, “el error de calibración del incompetente procede de un error sobre sí mismo, mientras que el error de calibración del altamente competente procede de un error sobre los demás” (p. 1127)[2] El efecto consiste en defectos paradójicos en la capacidad cognitiva, tanto en uno mismo como al compararse con los demás.
Aunque el efecto Dunning-Kruger se planteó en 1999, David Dunning y Justin Kruger han citado a Charles Darwin (“La ignorancia engendra con más frecuencia confianza que el conocimiento”)[3] y a Bertrand Russell (“Una de las cosas dolorosas de nuestro tiempo es que los que sienten certeza son estúpidos, y los que tienen algo de imaginación y comprensión están llenos de dudas e indecisión”)[4] como autores que han reconocido el fenómeno.