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Lloro mucho
Uno de los principales responsables pueden ser los cambios o desequilibrios hormonales, que pueden estar relacionados con cosas como los problemas de tiroides, el embarazo y la menopausia (de hecho, la “ansiedad de la menopausia” es un problema real). Y hay otras cosas, como los problemas neurológicos, que pueden provocar el llanto. Esto puede incluir la labilidad emocional, que ocurre después de un accidente cerebrovascular.
No todo el mundo puede arreglárselas sin dormir bien. Para algunas personas lo primero que desaparece cuando están agotadas es el control emocional. Si de repente se encuentra bajo mucho estrés y éste afecta a su sueño, lo primero que debe hacer es rectificar esta situación.
Aprenda a tener una buena higiene del sueño y empiece a decir no a los eventos sociales que le hagan salir hasta tarde. Habrá otras cosas a las que asistir una vez que hayas descansado y vuelto a la normalidad, y más vale perderse unas cuantas fiestas que, por ejemplo, sabotear tu nuevo trabajo por culpa de unos arrebatos emocionales agotados.
Puede ser que haya una buena razón para llorar y que simplemente lo estés negando o diciéndote a ti mismo que “lo estás manejando”. Podría tratarse de estrés laboral, como el acoso sutil en el lugar de trabajo. O podría tratarse de problemas de paternidad o conflictos de pareja.
Afectación pseudobulbar
El llanto de improviso puede producirse por muchas razones. Incluso cuando el llanto parece fuera de lo normal, es probable que haya alguna explicación lógica. La depresión, por ejemplo, puede hacer que te sientas triste y desesperado, y que llores aparentemente de la nada.
Incluso los ataques de llanto más aleatorios suelen tener una explicación. El dolor y las emociones no siempre se manifiestan en patrones predecibles. Sin embargo, si el llanto que estás experimentando parece realmente fuera de lugar, podría ser el resultado de un problema cerebral subyacente. Sin embargo, ten por seguro que esta explicación es poco probable.
La ansiedad es un estado complejo caracterizado por sentimientos de intensa preocupación, pánico y miedo en previsión de un peligro percibido, y suele ir acompañada de otros síntomas físicos y cognitivos. Algunas personas con ansiedad pueden sentirse abrumadas y más propensas a llorar por cosas aparentemente mundanas.
Las personas con trastorno bipolar tienen altibajos extremos. Junto con estos cambios de humor imprevisibles pueden producirse estallidos de emoción, incluido el llanto. No todas las personas con bipolaridad tienen la misma proporción de altibajos. Hay dos tipos principales de bipolaridad:
Oleadas aleatorias de tristeza
El llanto es la caída de lágrimas (o el brote de lágrimas en los ojos) en respuesta a un estado emocional o al dolor. Las emociones que pueden provocar el llanto son la tristeza, la ira e incluso la felicidad. El acto de llorar se ha definido como “un complejo fenómeno secretomotor caracterizado por el derramamiento de lágrimas del aparato lagrimal, sin que se produzca ninguna irritación de las estructuras oculares”, sino que se trata de un alivio que protege de la conjuntivitis[1] Un término médico relacionado es lagrimeo, que también se refiere al derramamiento no emocional de lágrimas. Las diversas formas de llanto se conocen como sollozos, llantos, lamentos, gemidos, gritos y lloriqueos[2].
Las lágrimas producidas durante el llanto emocional tienen una composición química que difiere de otros tipos de lágrimas. Contienen cantidades significativamente mayores de las hormonas prolactina, hormona adrenocorticotrópica y Leu-enkefalina,[3] y los elementos potasio y manganeso[4].
La cuestión de la función u origen de las lágrimas emocionales sigue abierta. Las teorías van desde las más sencillas, como la respuesta al dolor infligido, hasta las más complejas, como la comunicación no verbal para provocar un comportamiento de ayuda altruista por parte de los demás[5][6]. [7] Hay algunas pruebas empíricas de que el llanto reduce los niveles de estrés, posiblemente debido a la liberación de hormonas como la oxitocina[8][9] Se cree que el llanto es una salida o el resultado de una explosión de sensaciones emocionales intensas, como la agonía, la sorpresa o la alegría. Esta teoría podría explicar por qué la gente llora durante acontecimientos alegres, así como durante acontecimientos muy dolorosos[10].
Llorar por cosas pequeñas
7. Según la Dra. Kate Cummins, doctora en psicología, las mujeres que han tenido una infancia traumática o que han experimentado acontecimientos traumáticos extremos suelen llorar más de lo que se considera una respuesta normalizada: “Esto se debe a que su sistema nervioso simpático experimenta el trauma o la ansiedad de la misma manera de respuesta somática, independientemente de la escala de lo traumático que sea el evento en realidad”, dice la Dra. Cummins. 8. EstrésSegún la doctora Sharon Saline, el esfuerzo que te puede suponer alejar la tristeza, la ansiedad, las malas noticias o algo que te perturbe podría verse comprometido cuando estás estresado. “Cuando el cuerpo está lidiando con estos fuertes sentimientos, el cerebro de los sentimientos toma el control del cerebro de los pensamientos y gobierna el día, permitiendo que las lágrimas fluyan más fácilmente”, dice la Dra. Saline. El estrés también aumenta los niveles de cortisol, que el Dr. Saltz dice que puede aumentar la hipersensibilidad y la reactividad a una situación desafiante o estresante.
9. Personalidad Todo el mundo tiene su propia personalidad, que es su conjunto de comportamientos, rasgos y cogniciones. Las diferencias biológicas en la estructura y la fisiología del cerebro pueden influir en la personalidad y la sensibilidad emocional, lo que podría provocar más lágrimas. Según el Dr. Forrest Talley, los neurocientíficos no están seguros de la neuroanatomía que hay detrás del llanto, pero saben que implica al sistema límbico: “Al igual que las personas más ansiosas tienen diferencias en la sensibilidad de su amígdala, también las diferencias en el llanto están relacionadas con diferencias genéticas en la sensibilidad del sistema límbico”. Y algunas personas simplemente tienen personalidades más sensibles que otras. Según la doctora Elaine Aron, entre el 15 y el 20% de la población tiene este rasgo de personalidad. “Una persona muy sensible es más sensible a su entorno, a los sentimientos de los demás, a lo bueno y a lo malo de eso”, dice el Dr. Saltz. “Les afectan más las actitudes y los comentarios de los demás”.