Mareos por ansiedad cervicales

Acabar con el mareo por ansiedad

El componente vestibular de la estabilidad de la mirada procede del reflejo vestíbulo-ocular (RVO).  Se evalúa con la prueba de empuje de la cabeza (HTT).  El RVO actúa para mantener las imágenes estables en la retina del ojo durante el movimiento de la cabeza. La HTT se realiza en posición sentada. Se indica al paciente que mantenga la mirada fija en un objeto (normalmente la nariz del terapeuta) mientras éste mueve pasivamente la cabeza con pequeños y rápidos movimientos de rotación en una dirección imprevisible.  La prueba se considera positiva si el paciente no puede mantener la fijación de la mirada y se utilizan sacadas correctivas para devolver los ojos al objetivo (Schubert y Minor, 2004). Se ha informado de que la HTT tiene una sensibilidad del 71% y una especificidad del 84% para detectar la hipofunción vestibular unilateral, y una sensibilidad del 84% y una especificidad del 69% para la hipofunción vestibular bilateral (Schubert, Tusa, Grine y Herdman, 2004).

3. La coordinación cabeza-ojo se evalúa con tres pruebas. En primer lugar, se pide al paciente que mueva los ojos y la cabeza en la misma dirección para enfocar un objetivo, dirigiendo primero los ojos hacia el objetivo y luego la cabeza, asegurándose de que los ojos se mantienen enfocados en el objetivo. La prueba se realiza a la izquierda y a la derecha. En segundo lugar, se pide al paciente que mueva los ojos y la cabeza en direcciones opuestas mientras mantiene la atención en un punto predeterminado. Por último, se pide al paciente que se centre en dos puntos y que mueva primero los ojos y luego la cabeza, para mirar entre los dos objetivos. Los puntos objetivo se colocan horizontal o verticalmente y el paciente mantiene el enfoque entre los dos puntos (enfoque de dos puntos)” (Sterling, et al., 2008, p. 180-181).

Lee más  Creerse mejor que los demas

Mareos cervicales

Los mareos y la inestabilidad son los síntomas más comunes asociados al dolor de cuello, especialmente después de una lesión por latigazo cervical. La incidencia de los síntomas pseudovertiginosos (como vértigo, mareo, inestabilidad, aturdimiento, desequilibrio o inestabilidad) es muy alta en este tipo de pacientes, oscilando entre el 40 y el 85%. Los síntomas pseudovertiginosos pueden tener un impacto emocional importante y pueden estar relacionados con la ansiedad, la depresión y las conductas de evitación del miedo, que pueden tener efectos perjudiciales en el pronóstico.

Los síntomas pueden ser muy variados en los pacientes con dolor de cuello, y pueden incluir mareos, aturdimiento, inestabilidad, náuseas y visión borrosa. Pueden ir acompañados de varios signos objetivos de disfunción del control sensoriomotor, como alteración del sentido cinestésico cervical, alteración de los patrones de control motor del cuello, alteración del equilibrio en bipedestación y alteración de la coordinación oculomotora y del cuello.

Los pacientes que sufren vértigo pueden clasificarse en diferentes subgrupos en función de distintas características. El mareo cervicogénico es una de las posibles causas de mareo. Se ha definido como una sensación específica de cambio de orientación espacial y desequilibrio como consecuencia de un trastorno propioceptivo de los aferentes cervicales. Se produce con determinadas posiciones y movimientos de la columna cervical y puede acompañarse de una sensación de rigidez o dolor en el cuello. En este momento no se dispone de pruebas diagnósticas para afirmar que el mareo del paciente tiene un origen cervicogénico. Es un diagnóstico de exclusión, lo que significa que primero hay que excluir otras causas de mareo.

Lee más  Que son las ilusiones opticas

Dolor de cuello fatiga mareada

El diagnóstico del mareo cervicogénico se caracteriza por el mareo y el desequilibrio que se asocian al dolor de cuello en pacientes con patología cervical. El diagnóstico y el tratamiento de un individuo que presenta una disfunción de la columna cervical y quejas de vértigo asociadas puede ser un reto para los especialistas en rehabilitación ortopédica y vestibular. El propósito de este artículo es revisar la incidencia y la prevalencia, los antecedentes históricos y la fisiopatología propuesta que subyace a los mareos cervicogénicos. Además, hemos esbozado los criterios de diagnóstico, la evaluación y el tratamiento de los mareos atribuidos a trastornos de la columna cervical. El diagnóstico del mareo cervicogénico depende de la correlación de los síntomas de desequilibrio y mareo con el dolor de cuello y de la exclusión de otros trastornos vestibulares sobre la base de los antecedentes, la exploración y las pruebas de función vestibular. Cuando se diagnostica correctamente, el mareo cervicogénico puede tratarse con éxito mediante una combinación de terapia manual y rehabilitación vestibular. Presentamos 2 casos, de pacientes diagnosticados de vértigo cervicogénico, como ilustración del proceso de toma de decisiones clínicas con respecto a este diagnóstico.

Vértigo cervical

Bopp, un guerrero de fin de semana por excelencia que participó en partidos de fútbol y sóftbol cuando era joven y siguió siendo un ávido levantador de pesas, dice que cuando tenía poco más de 30 años experimentaba un dolor lumbar crónico, así como dolor cervical y miofacial. “Pensé que era porque me estaba haciendo mayor y no podía hacer las cosas que hacía cuando tenía 20 años”, dice. “Pero fue empeorando. Empecé a sentir entumecimiento y hormigueo en uno de mis brazos hasta el meñique. Se prolongó durante varios años”.

Lee más  Funciones del psicologo educativo

Deprimido y luchando contra la ansiedad como resultado de que los médicos no pudieran diagnosticar la causa de su dolor, Bopp dejó de levantar pesas en 2007. “Fue una gran decepción tener que dejar de hacer lo que me gustaba”, dice. “Tres años de fisioterapia y medicamentos para el dolor no funcionaron, y yo intentaba averiguar si estaba loco por todo el dolor”.

Dos años después, un médico ordenó estudios de velocidad de conducción nerviosa alrededor del cuello y el hombro de Bopp. “Me dijo que algo estaba bloqueando una señal que viajaba por el recorrido del nervio”, recuerda Bopp. “Se especuló con que se trataba del síndrome de salida torácica neurogénica, ya que la causa principal era la compresión alrededor del haz de nervios del plexo braquial”.