Mi cabeza no para de pensar y no puedo dormir

Aceptar la ansiedad por dormir

Todos hemos tenido esas noches en las que no podemos desconectar. Si los pensamientos catastróficos e inductores de ansiedad no dejan de rondar por tu cabeza, puede ser difícil conciliar el sueño. Antes de que te des cuenta, es la 1 de la madrugada y te preguntas cuántas horas faltan para que suene el despertador.

Pensar demasiado por la noche nos mantiene despiertos y nos impide dormir lo que necesitamos para sentirnos frescos y con energía para el día siguiente, pero ¿qué lo provoca? Hablamos con la terapeuta y psicóloga residente de SIMBA, Hope Bastine, sobre por qué pensamos en exceso por la noche y, lo que es más importante, cómo detenerlo:

¿Por qué pensamos demasiado por la noche? Pensar demasiado por la noche se debe en gran medida a que el cerebro procesa lo que nos ha ocurrido durante el día. Como nuestros días están repletos de cosas y recibimos más información, no tenemos tiempo para procesar nuestros pensamientos a lo largo del día.

No tenemos el tiempo y el espacio durante el día para procesar lo que ha sucedido y para evaluar y darle sentido. A veces, el único momento en que podemos hacerlo es cuando estamos en la cama”, dice Bastine. Mucha gente me dice que en cuanto se acuesta, todos los pensamientos empiezan a rodar por su cabeza: es una ventisca y de repente recuerdan todas las cosas que deberían haber hecho”.

Pensamientos acelerados por la noche

Empiezas a pensar en tu lista de tareas pendientes, o en las interminables preocupaciones que tienes sobre el día y las semanas que tienes por delante. O tal vez empiece a pensar en algo embarazoso o aterrador que le ocurrió hace años. Puede que estés rumiando una situación “en el peor de los casos” que imaginas que va a ocurrir en algún momento en el futuro.

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Sean cuales sean tus pensamientos, no puedes evitar que aparezcan. A medida que los pensamientos se aceleran, tu corazón también late, y parece que nunca vas a poder dormir. Todo esto parece terriblemente injusto. Se supone que la noche es el momento en el que por fin puedes desconectar y relajarte. Los pensamientos acelerados hacen que eso parezca imposible.

Si tienes pensamientos acelerados por la noche, no estás solo. Muchos de nosotros los experimentamos en un momento u otro, especialmente si estamos experimentando un gran estrés en nuestras vidas. Algunos de nosotros podemos experimentarlos de forma crónica, como parte de un reto de salud mental al que nos enfrentamos.

Algunas personas que experimentan pensamientos acelerados por la noche también experimentan pensamientos acelerados o ansiosos durante el día. Pero muchas personas también tienen la experiencia de sentirse relativamente tranquilas durante el día, sólo para descubrir que sus pensamientos comienzan a acelerarse tan pronto como intentan dormirse.

No puedo dormirme porque no puedo dejar de pensar

Si a menudo te vas a la cama agotado pero no puedes dormir porque tu cerebro no desconecta, no estás solo. Pensar en exceso por la noche es una de las causas más comunes del insomnio. La mayoría de las veces es un signo de estrés. Tu mente está en alerta máxima, temiendo quedarse dormida por si se te olvida algo importante. Algo que te preocupa que “deberías” estar haciendo. Sin embargo, a veces puede ser porque tienes algunos planes o ideas emocionantes que quieres explorar y ejecutar. Sea cual sea el motivo, tu mente no te dejará dormir hasta que se sienta segura de que estás al tanto de todo. Para conciliar el sueño con más facilidad, tenemos que entrenar a nuestro cerebro para que sepa que es seguro dormirse al final del día. Que dormir no significa que las cosas se vayan a olvidar y que el mundo se vaya a acabar.Advertisement Aquí hay un ejercicio que puedes hacer, ya sea antes de irte a dormir o si te despiertas en medio de la noche para ayudar a calmar tu mente para dormir mejor: 1)

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Escribe TODOS y cada uno de los pensamientos que pasan por tu cabeza Coge un papel de tamaño A4 y ponte a escribir. No importa cuáles sean los pensamientos: buenos o malos, lógicos o ilógicos, reales o ficticios. Escríbalos todos. Pensamientos. Imágenes. Voces. Sentimientos. Lo que sea que haya ahí. Continúa hasta que tu cerebro no tenga nada más que contarte. Estos pensamientos pueden incluir tareas para el día siguiente, lo que vas a ponerte, las vacaciones que quieres planear, cualquier cosa que te preocupe, escenarios e historias imaginarias, eventos pasados o sentimientos que estés experimentando. 2)

Calma para dormir

A medida que las exigencias de nuestra sociedad aumentan cada año, nos encontramos con que estamos “encendidos” las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esto se traduce en mayores índices de insomnio, y cada vez más personas afirman que no pueden apagar su cerebro por la noche.

1. 1. Darse un tiempo de descanso mental y físico.  Hoy en día estamos tan ocupados que no hay tiempo suficiente en el día para hacer todo. Por ello, muchas personas trabajan (tareas domésticas, escolares, laborales, económicas) hasta la hora de acostarse. El problema es que el sueño no es un simple interruptor de encendido y apagado. Tenemos que desconectar y atenuar nuestra mente para preparar el terreno para el sueño. Deja al menos una hora antes de acostarte para protegerte, relajarte y relajarte. Esto puede ayudar a cerrar el día y permitir que su cerebro comience el proceso de apagado. El tiempo de relajación debe tener lugar en algún lugar fuera de su dormitorio. Mantén las luces tenues y evita usar cualquier cosa con pantalla (tabletas, teléfonos, ordenadores, televisión), ya que esto puede hacer que tu cerebro piense que todavía es de día. Leer, hacer estiramientos ligeros, escribir un diario y meditar son buenas opciones. Encuentra lo que mejor te funcione y conviértelo en una rutina nocturna.