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Biología evolutiva
La psicología evolutiva es una disciplina científica que aborda el comportamiento humano a través de una lente que incorpora los efectos de la evolución. Combina la ciencia de la psicología con el estudio de la biología.
Los psicólogos evolucionistas tratan de explicar las emociones, los pensamientos y las respuestas de las personas basándose en la teoría de la evolución a través de la selección natural de Charles Darwin, de forma similar a como los biólogos evolucionistas explican las características físicas de un organismo.
Los defensores de este enfoque psicológico sostienen que, a medida que nuestros antepasados se enfrentaban a problemas y desarrollaban formas de resolverlos, algunos tenían ciertos instintos e inteligencia innatos que les daban la capacidad de averiguar y aplicar las soluciones más exitosas.
Al hacerlo, obtuvieron ventajas, como una mejor salud o una mayor longevidad, lo que les permitió producir más descendencia a través del proceso de selección natural. Según la psicología evolutiva, nuestros antepasados que tenían ventajas psicológicas transmitieron estos rasgos de comportamiento a las generaciones futuras, lo que dio lugar a una población de descendientes que entonces tenían estos comportamientos adaptativos.
La psicología evolutiva en la actualidad
Al igual que las ideas de Charles Darwin sobre la selección natural, la psicología evolutiva se centra en cómo se seleccionan las adaptaciones favorables de la naturaleza humana frente a las menos favorables. En el ámbito de la psicología, estas adaptaciones pueden ser en forma de emociones o habilidades para resolver problemas. Por ejemplo, una adaptación podría consistir en cosas como la tendencia a estar atento a posibles amenazas o la capacidad de trabajar en grupo de forma cooperativa. Según la psicología evolutiva, cada una de ellas habría ayudado a los primeros humanos a sobrevivir. Estar atentos a las amenazas ayudaría a los humanos a evitar a los depredadores y trabajar de forma cooperativa les permitiría compartir recursos y conocimientos con otros miembros de su grupo. El campo de la psicología evolutiva estudia cómo las presiones evolutivas condujeron a adaptaciones concretas como éstas.
La psicología evolutiva está relacionada tanto con la macroevolución, en el sentido de que estudia cómo ha cambiado la especie humana (especialmente el cerebro) a lo largo del tiempo, como con las ideas atribuidas a la microevolución. Estos temas microevolutivos incluyen los cambios a nivel de los genes del ADN.
Crítica a la psicología evolutiva
La psicología evolutiva es un enfoque para estudiar la psicología. Aplica los principios de la biología evolutiva (Darwin, 1859), en particular la lógica del adaptacionismo (Williams, 1966), para derivar y probar hipótesis sobre el diseño y el funcionamiento de la mente humana. Al tratarse de un enfoque, puede aplicarse a cualquiera de una amplia gama de áreas de contenido de la psicología, como la psicología del desarrollo, la psicología social, la psicología clínica, la percepción, el lenguaje, el juicio y la toma de decisiones, etc.
La psicología evolutiva parte de la idea de que el origen de la complejidad funcional organizada que se observa en todos los organismos vivos es la evolución por selección natural. En su aplicación a la psicología, conlleva la suposición no controvertida de que el cerebro es la causa del comportamiento. Los investigadores de esta disciplina suelen asumir los principios básicos de la evolución por selección natural tal y como los articuló Darwin (1859) y los importantes desarrollos posteriores, como la selección sexual (Darwin, 1871), la síntesis moderna (por ejemplo, Fisher, 1930) y la teoría de la aptitud inclusiva (Hamilton, 1968). También tienden a asumir alguna forma de la teoría computacional de la mente (por ejemplo, Fodor, 1975): que lo que hace el cerebro es procesar información (Pinker 1997).
Psicología evolutiva: un manual
A pesar de la aceptación generalizada de que el cerebro que sustenta la psicología humana es el resultado de la evolución biológica, muy pocos psicólogos incorporan de alguna manera una perspectiva evolutiva en su investigación o práctica. Ha habido muchos intentos de convencer a la corriente principal de la psicología de la importancia de dicha perspectiva, sobre todo por parte de quienes se identifican con la “Psicología Evolutiva”, y ciertamente ha habido avances en esa dirección, pero el núcleo de la psicología sigue siendo esencialmente no evolutivo. Aquí exploro una serie de posibles razones por las que la corriente principal de la psicología sigue ignorando o resistiendo un enfoque evolutivo, y sugiero algunas formas en las que aquellos de nosotros interesados en ver un aumento en la proporción de psicólogos que adoptan una perspectiva evolutiva podrían necesitar modificar nuestras tácticas para aumentar nuestras posibilidades de éxito.
Aunque es probable que la lista que sigue sea una subestimación de los factores implicados, y refleje hasta cierto punto las observaciones personales (y por lo tanto puede ser menos cierta en las subdisciplinas de la psicología con las que estoy menos familiarizado), creo que hay al menos seis explicaciones bastante directas para la resistencia continua a la adopción de un enfoque evolutivo profundo en la psicología dominante, cada una de las cuales se explorará con más detalle. Los factores no son completamente independientes, y sin duda interactúan entre sí, lo que complicará el panorama, pero es de esperar que, al explicitarlos, podamos entender mejor tanto la naturaleza de las fuerzas que hay que superar como la debilidad de la posición que representan.