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Qué es el trastorno de ansiedad
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG). El TAG hace que los niños se preocupen casi todos los días, y por muchas cosas. Los niños con TAG se preocupan por cosas que a la mayoría de los niños les preocupan, como los deberes, los exámenes o cometer errores.
Pero con el TAG, los niños se preocupan más, y más a menudo, por estas cosas. Los niños con TAG también se preocupan por cosas que los padres no esperan que les preocupen. Por ejemplo, pueden preocuparse por el recreo, la hora de la comida, las fiestas de cumpleaños, el juego con los amigos o el viaje en el autobús escolar. Los niños con TAG también pueden preocuparse por la guerra, el tiempo o el futuro. O por los seres queridos, la seguridad, la enfermedad o las lesiones.
El TAG puede dificultar la concentración de los niños en la escuela. Porque con el TAG, casi siempre hay una preocupación en la mente del niño. El TAG dificulta que los niños se relajen y se diviertan, que coman bien o que se duerman por la noche. Pueden faltar muchos días a la escuela porque la preocupación los hace sentir enfermos, temerosos o cansados.
Algunos niños con TAG se guardan sus preocupaciones para sí mismos. Otros hablan de sus preocupaciones con sus padres o profesores. Pueden preguntar una y otra vez si algo que les preocupa va a ocurrir. Pero es difícil que se sientan bien, independientemente de lo que digan sus padres.
Sentirse ansioso sin motivo
Esta sección ofrece información sobre los trastornos de ansiedad. Explica los síntomas, los tratamientos y la forma de controlar un trastorno de ansiedad. Esta sección está dirigida a las personas con trastornos de ansiedad. Y a sus cuidadores, familiares y amigos.
Todos tenemos a veces sentimientos de ansiedad, preocupación y miedo. Pueden ser respuestas normales a determinadas situaciones. Por ejemplo, puede preocuparse por una entrevista de trabajo o por pagar una factura a tiempo. Estos sentimientos pueden hacerte consciente de los riesgos y de lo que debes hacer en una situación difícil o peligrosa. Esta reacción se conoce como “lucha o huida”.
El cerebro responde a una amenaza o peligro liberando hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Aunque el peligro no sea real, estas hormonas provocan los síntomas físicos de la ansiedad. Una vez que la situación amenazante ha cesado, el cuerpo suele volver a la normalidad.
Pero si padeces un trastorno de ansiedad, estas sensaciones de miedo y peligro pueden ser continuas e interrumpir tu rutina diaria mucho después de que la amenaza haya desaparecido. Pueden hacerle sentir que las cosas son peores de lo que realmente son.
La ansiedad es una emoción que se caracteriza por un estado desagradable de agitación interior y que incluye sentimientos subjetivamente desagradables de temor ante acontecimientos previstos[1][2]. Suele ir acompañada de comportamientos nerviosos como ir de un lado a otro, quejas somáticas y rumiación[3].
La ansiedad es una sensación de inquietud y preocupación, generalmente generalizada y desenfocada, como reacción exagerada ante una situación que sólo se percibe subjetivamente como amenazante[4]. Suele ir acompañada de tensión muscular,[5] inquietud, fatiga, incapacidad para recuperar el aliento, opresión en la región abdominal y problemas de concentración. La ansiedad está estrechamente relacionada con el miedo, que es una respuesta a una amenaza inmediata real o percibida; la ansiedad implica la expectativa de una amenaza futura, incluido el temor[5] Las personas que se enfrentan a la ansiedad pueden retirarse de situaciones que les han provocado ansiedad en el pasado[6].
Aunque la ansiedad es una respuesta humana normal, cuando es excesiva o persiste más allá de los periodos adecuados para el desarrollo, puede diagnosticarse como un trastorno de ansiedad. Existen múltiples formas de trastorno de ansiedad (como el Trastorno de Ansiedad Generalizada y el Trastorno Obsesivo Compulsivo) con definiciones clínicas específicas[7]. Parte de la definición de un trastorno de ansiedad, que lo distingue de la ansiedad cotidiana, es que es persistente y suele durar 6 meses o más, aunque el criterio de duración pretende ser una guía general que permite cierto grado de flexibilidad y a veces es de menor duración en los niños[5].
¿Tengo ansiedad?
La ansiedad es una sensación de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sudes, te sientas inquieto y tenso, y que tu corazón se acelere. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puedes sentirte ansioso cuando te enfrentas a un problema difícil en el trabajo, antes de hacer un examen o antes de tomar una decisión importante. Puede ayudarte a sobrellevar la situación. La ansiedad puede darle un impulso de energía o ayudarle a concentrarse. Pero para las personas con trastornos de ansiedad, el miedo no es temporal y puede ser abrumador.
Los trastornos de ansiedad son condiciones en las que la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir en las actividades diarias, como el rendimiento laboral, las tareas escolares y las relaciones.
Los factores de riesgo de los distintos tipos de trastornos de ansiedad pueden variar. Por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias son más comunes en las mujeres, pero la ansiedad social afecta a hombres y mujeres por igual. Existen algunos factores de riesgo generales para todos los tipos de trastornos de ansiedad, entre ellos:
Para diagnosticar los trastornos de ansiedad, el médico le preguntará sobre sus síntomas y su historial médico. También puede hacerle un examen físico y pruebas de laboratorio para asegurarse de que un problema de salud diferente no es la causa de sus síntomas.