Sentirse fracasado en la vida

Fracasé en la vida

Tanto si te han negado un ascenso en la oficina como si no te has clasificado para una maratón, fracasar se siente mal. Muchas personas hacen todo lo posible por evitar el fracaso para no tener que sentir emociones dolorosas.

Si te encuentras pensando: “Soy un fracasado”, es importante saber que hay cosas que puedes hacer para sentirte mejor. Saber cómo afrontar el fracaso de una forma saludable elimina parte del miedo y puede reducir el dolor para que puedas recuperarte mejor que antes.

El fracaso va acompañado de una serie de emociones: vergüenza, ansiedad, enfado, tristeza y bochorno, por nombrar algunas. Esos sentimientos son incómodos, y muchas personas harán todo lo posible para escapar de la sensación de malestar emocional.

Un estudio de 2017 publicado en el Journal of Behavioral Decision Making dice que no deberías tratar de escabullirte de sentirte mal después del fracaso. Los investigadores descubrieron que pensar en tus emociones -más que en el propio fracaso- es lo más útil.

Así que, adelante, acepta tus emociones. Reconoce cómo te sientes y permítete sentirte mal durante un rato. Etiqueta tus emociones cuando te permitas experimentarlas. Por ejemplo, puedes pensar: “Estoy decepcionado” o “Estoy triste porque no ha funcionado”.

Fracaso en todo

Tengo 31 años y la vida se encamina a ser así. Me enfrento a varios problemas (torpeza social, ansiedad, confusión) que empiezan a parecer factores limitantes.Ahora mismo soy el que menos éxito tiene de todos mis amigos del instituto o de la universidad :(¿Alguien se siente igual? ¿Cómo es la vida? ¿Te cuesta pagar las facturas? Cuando conoces a gente y te preguntan el inevitable “¿a qué te dedicas?” ¿te sientes avergonzado? 442 comentarioscompartirinformar93% UpvotedEste hilo está archivadoNo se pueden publicar nuevos comentarios ni emitir votosOrdenar por: mejor

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Me siento fracasado

Aceptémoslo: Fracasar apesta.  Pero últimamente parece que lo hago más de lo habitual. Vale, eso es dramático. La verdad es que estoy cometiendo más errores de los que me gustan. Y la gente con la que trabajo me los está señalando. Tengo una pequeñísima tendencia al perfeccionismo, así que mi tolerancia a los errores es bastante baja.

Para cualquiera de nosotros, sin embargo, este aumento de errores es bastante comprensible. Nuestras vidas laborales se mueven muy rápido, pero las exigencias no disminuyen. La urgencia y la presión pueden hacernos más propensos a cometer errores y eso, a su vez, crea más estrés.

Cuando cometes errores, tu poder y confianza pueden verse afectados. Pero aprender a gestionar mejor las averías y los fracasos puede ayudarte a recuperar el poder y a poner los pies en el suelo. Puede ayudarte a lidiar con un fracaso sin pensar que lo eres.

Sin embargo, antes de aprender a lidiar con los fracasos y las averías, tienes que ver más de cerca lo que ocurre cuando te enfrentas a ellos. Una avería es una interrupción de lo que pensabas que iba a suceder. Las cosas no salen como pensabas. Recibes la opinión de un cliente insatisfecho que se lleva su negocio a otra parte. Tu departamento se sale del presupuesto. Los precios de las acciones caen. Estas cosas suelen provocar ansiedad, miedo o alguna otra reacción desagradable.

Señales de que tu vida nunca mejorará

La sensación de fracaso es una píldora difícil de tragar. Cuando tienes problemas de confianza en ti mismo, puede ser difícil hacer las cosas que normalmente llegan tan rápido para otras personas. Esta sensación de fracaso te hace cuestionarte a ti mismo, preguntándote qué es lo que sigue y cómo puedes detener esta sensación.

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¿Te has sorprendido a ti mismo diciendo: “Soy un fracasado” o “Me siento un total fracaso”? Esta es una reacción común cuando no consigues ese trabajo que realmente querías o sientes que has metido la pata en tu relación o en otros aspectos de tu vida.

Antes de que te des cuenta, este sentimiento abrumador se apodera de ti. Empiezas a dudar de ti mismo. Te hablas a ti mismo de forma negativa, “eres un estúpido, ¿por qué has hecho eso?” o “nunca vas a conseguir ese trabajo/pareja/promoción/grandes ascensos en el gimnasio/etc. si sigues así”.

La idea de tener éxito se siente tan fuera de tu alcance. No crees que seas lo suficientemente bueno para lograr lo que estás trabajando, lo que te lleva a no creer en ti mismo en absoluto. En cambio, te sientes inadecuado, incompetente e indigno.