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Esta sección ofrece información sobre los trastornos de ansiedad. Explica los síntomas, los tratamientos y la forma de controlar un trastorno de ansiedad. Esta sección está dirigida a las personas con trastornos de ansiedad. Y a sus cuidadores, familiares y amigos.
Todos tenemos a veces sentimientos de ansiedad, preocupación y miedo. Pueden ser respuestas normales a determinadas situaciones. Por ejemplo, puede preocuparse por una entrevista de trabajo o por pagar una factura a tiempo. Estos sentimientos pueden hacerte consciente de los riesgos y de lo que debes hacer en una situación difícil o peligrosa. Esta reacción se conoce como “lucha o huida”.
El cerebro responde a una amenaza o peligro liberando hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Aunque el peligro no sea real, estas hormonas provocan los síntomas físicos de la ansiedad. Una vez que la situación amenazante ha cesado, el cuerpo suele volver a la normalidad.
Pero si padeces un trastorno de ansiedad, estas sensaciones de miedo y peligro pueden ser continuas e interrumpir tu rutina diaria mucho después de que la amenaza haya desaparecido. Pueden hacerle sentir que las cosas son peores de lo que realmente son.
Cómo calmar un ataque de ansiedad
La ansiedad ocasional es una parte esperada de la vida. Puede sentirse ansioso cuando se enfrenta a un problema en el trabajo, antes de hacer un examen o antes de tomar una decisión importante. Pero los trastornos de ansiedad implican algo más que una preocupación o un miedo temporales. Para una persona con un trastorno de ansiedad, la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden interferir en las actividades diarias, como el rendimiento laboral, las tareas escolares y las relaciones.
Las personas con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) muestran una ansiedad o preocupación excesiva, la mayoría de los días durante al menos 6 meses, por una serie de cosas como la salud personal, el trabajo, las interacciones sociales y las circunstancias de la vida cotidiana. El miedo y la ansiedad pueden causar problemas significativos en áreas de su vida, como las interacciones sociales, la escuela y el trabajo.
Las personas con trastorno de pánico sufren ataques de pánico recurrentes e inesperados. Los ataques de pánico son períodos repentinos de miedo intenso que aparecen rápidamente y alcanzan su punto álgido en cuestión de minutos. Los ataques pueden ocurrir de forma inesperada o pueden ser provocados por un desencadenante, como un objeto o una situación temida.
Test de ansiedad
Es posible que oiga utilizar indistintamente los términos “ataque de ansiedad” y “ataque de pánico”, lo cual es comprensible dado que comparten algunos síntomas comunes. Sin embargo, en la práctica, el pánico y la ansiedad tienen características diferentes, y los profesionales de la salud conductual utilizan estos términos para referirse a síntomas y trastornos específicos.
Los ataques de pánico son una oleada abrupta de miedo o malestar intenso acompañada de otros síntomas físicos y mentales. La ansiedad, en cambio, forma parte de las respuestas emocionales y de protección que el cuerpo humano tiene programadas. Es cuando la ansiedad es excesiva o se interpone en la vida cotidiana cuando hay motivo de preocupación.
Los profesionales que tratan las enfermedades mentales basan el diagnóstico en los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª edición), conocido como DSM-5. Aunque la ansiedad y los ataques de pánico pueden parecer similares, las diferencias señaladas en el DSM ayudan a identificarlos y distinguirlos. Las definiciones y los criterios de diagnóstico del DSM-5 sirven de guía al profesional sanitario para realizar un diagnóstico y clasificar su enfermedad.
Ataque de pánico sin miedo
Los individuos con trastorno de pánico regularmente su