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La depresión y la ira
Consejos Home>Enfado>¿Cómo luchar contra los ataques de ira? ¿Cómo controlar los ataques de ira? Cómo ganar controlActualizado el 21 de diciembre de 2021Revisado médicamente por: Laura Angers¿La ira es una lucha constante en tu vida? ¿Sientes que constantemente terminas lamentándote por los arrebatos de ira que tuviste con las personas de tu vida? Cuando miras hacia atrás en la situación, puede que incluso te cueste entender por qué estabas tan enfadado y por qué reaccionaste así. Si esto le resulta familiar, es posible que esté luchando contra los ataques de ira. Puede parecer que está fuera de tu control, pero puedes aprender a frenar estos ataques controlando la ira que sientes.
Los ataques de ira son algo más que sentimientos normales de enfado. Se parecen más a lo que sería un ataque de pánico, pero no tienen por qué incluir sentimientos de miedo y ansiedad. Cuando alguien tiene un ataque de ira, muchas veces, es poco característico de su comportamiento típico, y es una reacción exagerada para la situación actual.
Prueba de ataques de ira
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por un ciclo de pensamientos intrusivos no deseados (obsesiones) y comportamientos rituales (compulsiones) y puede provocar una amplia gama de síntomas en los pacientes. Si usted o un ser querido tiene TOC, es probable que estos síntomas incluyan ataques de ira o rabia. No está solo en esto: Un pequeño estudio reveló que el 50% de los pacientes con TOC experimentan ataques de ira.
Una de las principales características del TOC es una sensación de incertidumbre aparentemente interminable. A menudo se realizan compulsiones para obtener una sensación de control sobre las propias obsesiones y los posibles acontecimientos premonitorios, pero estas acciones normalmente sólo ofrecen un alivio temporal. Comprensiblemente, puede ser muy frustrante sentir la falta de control en la vida y tener la sensación de que algo terrible está siempre a la vuelta de la esquina. Esto puede conducir a ataques de ira o rabia que pueden ser aterradores, tanto para la persona que los experimenta como para sus seres queridos.
Si alguien está realizando compulsiones y es interrumpido, esto también puede desencadenar un ataque de ira. En este caso, la ira puede dirigirse específicamente a la persona que ha provocado la interrupción, lo que puede tensar las relaciones interpersonales.
Síntomas de los problemas de ira
Una persona que experimenta la ira suele experimentar efectos físicos, como el aumento del ritmo cardíaco, la elevación de la presión arterial y el aumento de los niveles de adrenalina y noradrenalina.[3] Algunos consideran que la ira es una emoción que desencadena parte de la respuesta de lucha o huida.[4] La ira se convierte en el sentimiento predominante desde el punto de vista conductual, cognitivo y fisiológico cuando una persona toma la decisión consciente de actuar para detener inmediatamente el comportamiento amenazante de otra fuerza externa.[5] El término inglés proviene originalmente del término anger del idioma nórdico antiguo.[6]
La ira puede tener muchas consecuencias físicas y mentales. La expresión externa de la ira puede encontrarse en las expresiones faciales, el lenguaje corporal, las respuestas fisiológicas y, en ocasiones, los actos públicos de agresión. Las expresiones faciales pueden ir desde la inclinación hacia dentro de las cejas hasta el fruncimiento total del ceño[7]. Aunque la mayoría de los que experimentan la ira explican su excitación como resultado de “lo que les ha pasado”, los psicólogos señalan que una persona enfadada puede estar muy equivocada porque la ira provoca una pérdida de la capacidad de autocontrol y de la observabilidad objetiva[8].
Prueba de problemas de ira
Los ataques de ira son diferentes a las rabietas. Las rabietas están orientadas a un objetivo con la intención de conseguir que el observador haga lo que la persona quiere. Los ataques de ira tienen que ver más con la liberación de la tensión acumulada que con la consecución de un objetivo específico.
Si el paciente presenta síntomas similares a los de una crisis epiléptica, el médico suele hacer una prueba de epilepsia. La prueba más útil para confirmar la epilepsia es el electroencefalograma (EEG). Esta prueba registra la actividad eléctrica del cerebro. Puede mostrar picos u ondas anormales en los patrones de actividad eléctrica. Con estos patrones se pueden identificar diferentes tipos de epilepsia.
La psicoterapia es el tratamiento más común para los ataques de ira. Puede incluir la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC examina los pensamientos y sus vínculos con los sentimientos y comportamientos. La TCC y otras psicoterapias tardan varios meses en funcionar. Es importante que el paciente continúe su plan de tratamiento durante este tiempo.