Tecnicas para controlar la ira

Cómo gestionar la ira de forma saludable

No controlar la ira puede provocar diversos problemas, como decir cosas de las que te arrepientes, gritar a tus hijos, amenazar a tus compañeros de trabajo, enviar correos electrónicos imprudentes, desarrollar problemas de salud o incluso recurrir a la violencia física. Pero no todos los problemas de ira son tan graves. Por el contrario, tu ira puede consistir en perder el tiempo pensando en acontecimientos desagradables, frustrarse en el tráfico o desahogarse en el trabajo.

Controlar la ira no significa no enfadarse nunca. Por el contrario, implica aprender a reconocer, afrontar y expresar tu ira de forma saludable y productiva. El control de la ira es una habilidad que todo el mundo puede aprender. Incluso si crees que tienes tu ira bajo control, siempre se puede mejorar.

Dado que la ira incontrolada puede conducir a menudo a un comportamiento agresivo, el control de la ira utiliza diversas técnicas para ayudar a una persona a hacer frente a los pensamientos, sentimientos y comportamientos de una manera sana y más productiva.

La ira es una emoción que puede ir desde la irritación leve hasta la rabia intensa. Aunque muchas personas clasifican la ira como una “emoción negativa” exclusivamente, puede ser positiva. Los sentimientos de ira pueden impulsarte a defender a alguien o pueden llevarte a crear un cambio social.

Banda de control de la ira

El control de la ira es un programa psicoterapéutico para la prevención y el control de la ira. Se ha descrito como el despliegue de la ira con éxito[1] La ira es frecuentemente el resultado de la frustración, o de sentirse bloqueado o frustrado en algo que el sujeto considera importante. La ira también puede ser una respuesta defensiva al miedo subyacente o a los sentimientos de vulnerabilidad o impotencia[2]. Los programas de control de la ira consideran que ésta es una motivación causada por una razón identificable que puede analizarse y abordarse de forma lógica[1].

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El objetivo ideal del manejo de la ira[3] es controlar y regular la ira para que no dé lugar a problemas. La ira es una emoción activa que llama a la persona que la siente a responder[4]: 4 Las personas entran en problemas de ira porque tanto el instigador como el instigado carecen de habilidades interpersonales y sociales para mantener el autocontrol[4]: 5 Las investigaciones sobre el afecto y la autorregulación muestran que

se produce porque los estados emocionales negativos suelen perjudicar el control de los impulsos.[5]: 5 Pueden entrenarse para responder a su ira como algo no deseado y desagradable en lugar de reaccionar a su necesidad.[4]: 5 Hacer la vista gorda o perdonar es una herramienta para desactivar la ira.[4]: 5 Dormir lo suficiente, hacer ejercicio y llevar una buena dieta son herramientas que pueden ayudar a prevenir la ira.[4]: 6 Entre los profesionales que tratan con quienes tienen problemas para controlar la ira se encuentran los terapeutas ocupacionales, los consejeros de salud mental, los consejeros de drogas y alcohol, los trabajadores sociales, los psicólogos y los psiquiatras.

Control de la ira deutsch

Todos sentimos ira a veces. De hecho, la ira puede ser una emoción beneficiosa. La ira dirigida a una persona o situación puede ir acompañada de sentimientos de antagonismo, especialmente cuando creemos que alguien nos ha hecho daño o que una situación ha salido mal.

La ira desencadena nuestra respuesta de “lucha o huida”, similar a la respuesta de nuestro cuerpo ante el miedo o la excitación. Las glándulas suprarrenales liberan hormonas, como el cortisol y la adrenalina, que aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial para preparar a nuestro cuerpo a responder con intensidad.

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Sin embargo, la ira incontrolable se caracteriza por episodios de rabia injustificada que dan lugar a respuestas poco saludables que pueden incluir arrebatos, peleas o abusos.  Dependiendo de la frecuencia y la gravedad de los estallidos, la ira incontrolada puede ser el reflejo de una condición llamada trastorno explosivo intermitente.

El control de la ira implica identificar el origen o los desencadenantes de la misma y desarrollar estrategias de afrontamiento positivas. Las opciones de tratamiento, como la terapia cognitivo-conductual, los grupos de apoyo y, a veces, la medicación, pueden aportar soluciones terapéuticas a la ira descontrolada.

Terapia de control de la ira

En primer lugar, la ira no es una emoción “mala”. De hecho, puede ayudarte a ser honesto o a defender algo en lo que crees. No hay nada de malo en enfadarse. Lo que importa es la forma en que afrontas y expresas tu enfado.

Si eres capaz de reconocer cuándo empiezas a sentirte enfadado, estarás en condiciones de poner en práctica algunos de nuestros consejos antes de que te pongas muy nervioso o te enfades. Así podrás probar algunas de las estrategias que te proponemos a continuación. Algunas señales de alarma son:

Hay muchas razones por las que puedes estar enfadado. Es una respuesta normal o comprensible en algunas situaciones, como cuando tú u otra persona es tratada injustamente. Sin embargo, si no estás seguro de por qué te has enfadado con alguien, repasa tu día y trata de identificar lo que te ha hecho estallar.

Esto parece bastante básico, pero funciona. Pensar durante 100 segundos en otra cosa que no sea lo que te hace enfadar puede ayudarte a evitar que se te dispare el fusible. Te da la oportunidad de ordenar tus pensamientos antes de hacer cualquier otra cosa.