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Citas sobre la búsqueda de sentido del hombre
La búsqueda del sentido de la vida se refiere a la idea de que los individuos están fuertemente motivados para encontrar un sentido a sus vidas, es decir, para poder comprender la naturaleza de su existencia personal y sentir que es significativa y tiene un propósito. Las personas sienten que la vida tiene sentido cuando pueden responder satisfactoriamente a las grandes preguntas sobre sus vidas, como quién soy, por qué estoy aquí, qué es verdaderamente importante para mí, qué se supone que debo hacer con mi vida. Que encontrar el sentido de la vida sea considerado una motivación fundamental por algunos significa que los seres humanos deben percibir una cantidad suficiente de sentido en sus vidas. En otras palabras, sentir que la propia vida es significativa, comprensible o tiene un propósito puede ser necesario para el funcionamiento psicológico humano.
Durante milenios, el intento de comprender qué hace que la vida tenga sentido ha sido tarea de artistas, teólogos y filósofos. Tras la Primera Guerra Mundial, algunos filósofos influyentes afirmaron que la vida carece de sentido por naturaleza. Creían que no había un propósito superior en el universo y que, por lo tanto, las personas estaban solas tratando de averiguar de qué se trataba su vida individual. Sin embargo, la gente hace todo lo posible por defender sus ideas sobre lo que realmente significa la vida. En otras palabras, se aferran firmemente a sus significados vitales. Por ejemplo, muchas personas se esfuerzan por defender determinadas creencias religiosas, morales o científicas frente a opiniones o creencias contradictorias. A partir de esta observación, varios psicólogos propusieron que las personas deben estar motivadas para encontrar un sentido a sus vidas.
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El hombre en busca de sentido es un libro de 1946 de Viktor Frankl que relata sus experiencias como prisionero en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y describe su método psicoterapéutico, que consistía en identificar un propósito en la vida por el que sentirse positivo, y luego imaginar inmersivamente ese resultado. Según Frankl, la forma en que el prisionero imaginaba el futuro afectaba a su longevidad. El libro pretende responder a la pregunta “¿Cómo se reflejaba la vida cotidiana en un campo de concentración en la mente del prisionero medio?” La primera parte constituye el análisis de Frankl sobre sus experiencias en los campos de concentración, mientras que la segunda parte presenta sus ideas sobre el significado y su teoría llamada logoterapia.
Según una encuesta realizada por el Book-of-the-Month Club y la Biblioteca del Congreso, El hombre en busca de sentido pertenece a una lista de “los diez libros más influyentes de Estados Unidos”[1] En el momento de la muerte del autor, en 1997, el libro había vendido más de 10 millones de ejemplares y había sido traducido a 24 idiomas[2][3].
Trotzdem ja zum leben sagen
El libro tiene dos partes claramente diferenciadas. Por un lado, la primera mitad de El hombre en busca de sentido describe la vida en el campo de concentración nazi a la luz del descubrimiento por parte del autor del sentido como factor clave de supervivencia. Por otro lado, en la segunda parte del libro, Frankl explica la Logoterapia, su método para “curar el alma llevándola a encontrar el sentido de la vida”.
Incluso habiendo bajado a las fosas de la humanidad, Frankl salió optimista. Su razonamiento era que, incluso en las circunstancias más terribles, una persona sigue teniendo la libertad de elegir cómo manejar sus circunstancias y crear un significado a partir de ellas. Tal y como lo describe Frankl, este significado se encuentra al darse cuenta de la dignidad intrínseca que él y los demás poseían simplemente como seres humanos.
En otras palabras, Frankl sostiene que no podemos evitar el sufrimiento, pero podemos elegir cómo afrontarlo, encontrarle un sentido y seguir adelante con un propósito renovado. Al elegir ejercer su capacidad de controlar sus reacciones y la forma de tratar a los demás, Frankl descubrió el significado último de la libertad. Este tipo de libertad le permitió desafiar a sus opresores porque, dijeran lo que dijeran o hicieran, no podían hacerle creer que ninguna vida humana -incluida la suya- carecía de valor. A lo largo del libro, expone cómo la búsqueda de esta resistencia le dio sentido y le permitió a él y a tantos otros soportar una de las cargas más difíciles de la historia de la humanidad: un campo de concentración nazi. Como señala Gordon Allport en su prefacio a la tercera edición, esto es lo que los antiguos estoicos llamaban la “última libertad”. Esta última libertad humana es la libertad de controlar nuestra actitud hacia las situaciones que heredamos.
Resumen de la búsqueda de sentido del hombre
Viktor Frankl, un destacado psiquiatra vienés antes de la guerra, fue el único capaz de observar la forma en que tanto él como otros en Auschwitz afrontaron la experiencia. Se dio cuenta de que los hombres que consolaban a los demás y que regalaban su último trozo de pan eran los que sobrevivían más tiempo.
Viktor Frankl, un destacado psiquiatra vienés antes de la guerra, fue el único capaz de observar la forma en que tanto él como otros en Auschwitz afrontaron (o no) la experiencia. Se dio cuenta de que los hombres que consolaban a los demás y que daban su último trozo de pan eran los que sobrevivían más tiempo, y los que ofrecían la prueba de que todo nos puede ser arrebatado, excepto la capacidad de elegir nuestra actitud en cualquier conjunto de circunstancias. El tipo de persona en que se convirtió el prisionero del campo de concentración fue el resultado de una decisión interior y no de las influencias del campo. Frankl llegó a creer que el deseo más profundo del hombre es la búsqueda de sentido y propósito. Esta extraordinaria obra nos ofrece a todos un camino para trascender el sufrimiento y encontrar el significado en el arte de vivir.